La papaya es rica en una enzima de acción digestiva, la Papaína, que es una enzima muy parecida a la Pancreatina, segregada por el páncreas como enzima digestiva.
Estas enzimas actúan como proteasas, o sea, ayudan a la degradación de las proteínas de los alimentos consumidos, así como a la degradación de los hidratos de carbono y de las grasas.
De la compleja mezcla de proteasas de la papaya destaca principalmente la papaína, aunque también incluye carpaína, chimopapaína A y B, y papaya peptidasa A.
Estas proteasas pueden ejercer una acción notablemente antioxidante y posiblemente reducir el riesgo de padecer tumores. Además, la papaya mejora la digestibilidad de los alimentos ricos en grasas, los hidratos de carbono y sobre todo las proteínas.
Se recomienda a personas que se empachan fácilmente o sufren gases o digestiones pesadas tras comer una comida rica en proteínas.
Por vía oral, la papaína y los extractos de papaya se han utilizado para tratar edemas e inflamaciones consecutivos a una intervención quirúrgica, y también la faringitis. Secundariamente, se ha usado en el tratamiento de. las heridas infectadas, úlceras y llagas.
La papaína se usa, además, con múltiples fines en la industria cosmética y alimentaria. Forma parte de cosméticos, dentífricos y compuestos de las lentes de contacto blandas, y se añade a la carne como ablandador y a la cerveza para controlar la espuma.
PRECAUCIONES AL TOMAR PAPAÍNA: Debido a su rico sabor es común que las personas consuman mas Papaína de la necesaria casando llagas en la boca y esófago.
PROPIEDADES DE LA PAPAÍNA:
Tomando la Papaína antes de cada alimento nos ayuda para mejorar la digestión, la absorción de nutrientes y movilidad intestinal.
Si se toma con el estómago vacío la Papaína ingresa a nuestro organismo y tiene la misma función proteolítica (destruye las proteínas) y ayuda en la eliminación de coágulos y pequeños tumores. Además, los extractos de papaya pueden modificar la coagulación de la sangre, por lo que deben emplearse con precaución y avisando al médico cuando se tomen anticoagulantes como la warfarina o el sintrom, ya que incrementan el riesgo de sangrado.
